El cangrejo herradura está entre las criaturas más antiguas y fascinantes del mundo. En realidad, no es un cangrejo. Está más emparentado con las arañas o los escorpiones, y se estima que tiene por lo menos 300 millones de años. La primera especie de cangrejo herradura recorría las costas marinas superficiales de la Tierra por lo menos cien millones de años antes de la llegada de los dinosaurios.
Desde entonces, miles de otras especies aparecieron y desaparecieron, pero el cangrejo herradura ha sobrevivido y permanece casi igual a como era tantos millones de años atrás; de ahí el apodo de «fósil viviente».
Estos antiguos artrópodos son vitales para la migración de miles de aves costera en ruta hacia su lugar de reproducción en el Ártico. Dependiendo de las masas de diminutos huevos verdes liberados por los cangrejos herradura, aves costeras como el correlimos gordo descienden en bahía de Delaware hambrientas y con la mitad del peso que tenían cuando partieron. Antes de continuar su épica travesía de 16 000 kilómetros, estas asombrosas aves se atiborran de los huevos de cangrejo herradura derramados en la costa.
El cangrejo herradura también tiene beneficios para la salud humana. Su sangre, que se extrae sin daño aparente al animal, contiene un agente coagulante llamado Limulus amoebocyte lysate (LAL), que se usa para testear drogas intravenosas, válvulas cardíacas y otras prótesis para detectar la presencia de contaminación bacteriana.
Protección del cangrejo herradura
El cangrejo herradura es un sobreviviente. Sin embargo, su número empezó a declinar en la década de 1990 y aún no se ha recuperado.
Usado como carnada para anguilas y buccinos, los cangrejos herradura son muy valiosos; hasta cinco dólares para una hembra grande. Y son muy fáciles de atrapar: llegan a la playa en grandes grupos, se mueven muy lentamente y no muerden ni pican. Esto hace que su recolección y venta sea muy simple.
Otra amenaza es la pérdida de las playas arenosas que necesitan para poner los huevos. Por eso, The Nature Conservancy y otras organizaciones están investigando activamente al cangrejo herradura para averiguar qué áreas son más importantes de conservar a fin de proteger esta especie.
Uno de esos proyectos es una iniciativa ciudadana de recuento de ejemplares. Cada año entre mayo y junio la gente se junta en las doce playas de Nueva Jersey y las 13 de Delaware para contar los cangrejos que desovan, ya que la bahía de Delaware tiene la mayor población de cangrejos herradura en el mundo. Muchas organizaciones participan en este sondeo, pero solo dos en Nueva Jersey: The Nature Conservancy y el Wetlands Institute regularmente entrenan nuevas personas que se suman como voluntarias.
Mantente conectado con la naturaleza
Suscríbete a ConservAcción, nuestro boletín mensual en español