La siesta de 4 segundos: Hábitos inusuales de sueño de los animales
Christine Peterson
Para los seres humanos, el sueño es fundamental no solo para el equilibrio mental, sino para la supervivencia. Es cuando nuestro cerebro y nuestro cuerpo descansan y se recargan. De hecho, es tan importante que llevamos cientos, si no miles, de años estudiando cómo y por qué dormimos, y contando historias sobre cómo y por qué dormimos.
Pero, contrariamente a la opinión popular, según Jerome Siegel, investigador del sueño de la UCLA, no todos los animales duermen, al menos no como nosotros pensamos. Y muchos de los que duermen lo hacen de forma muy distinta a la nuestra.
Por ejemplo, la orca, que puede pasar un mes o más sin dormir. O el pingüino barbijo, que, según descubrieron recientemente los investigadores, duerme en microrráfagas de cuatro segundos. El koala, en cambio, se pasa durmiendo la mayor parte del día.
Aunque solemos pensar en el sueño como algo que necesitamos para poder funcionar despiertos, Siegel afirma que evolutivamente es probablemente al revés. Por naturaleza, los individuos permanecen en reposo, conservando la energía, a menos que necesiten hacer algo activamente, como buscar comida, defenderse de las amenazas o reproducirse. En el reino animal, eso significa que las especies evolucionaron para estar activas tanto como fuera necesario para cumplir esos fines. El resto del tiempo descansan, lo que dependiendo de la especie puede ser tan poco como 2 horas o hasta 20 horas al día.
He aquí un repaso a las distintas formas en que duermen los animales, y por qué.
Los delfines: ¿medio dormidos, o medio despiertos?
Si se anestesia a un delfín sin tubo respiratorio, puede morir (enlace en inglés). Esto se debe a que los delfines evolucionaron para ser unihemisféricos, es decir, para poder funcionar con una mitad de su cerebro mientras la otra mitad descansa. Si se hace permanecer en reposo a ambos hemisferios al mismo tiempo, la criatura no podrá respirar.
Entonces, ¿esto significa técnicamente que un delfín nunca duerme? ¿O que duermen mucho? Es una cuestión semántica. Cuando duermen con un hemisferio, un ojo se cierra y el otro permanece abierto. A veces descansan inmóviles cerca de la superficie del agua o nadan lentamente, sin dejar de respirar cuando es necesario.
Las ballenas también tienen un sueño unihemisférico, al igual que los osos marinos, pero solo cuando están en el agua. En tierra, las focas duermen como los humanos, con ambos hemisferios.
Los delfines, las ballenas y las focas peleteras en el agua tampoco tienen sueño REM como los humanos. El sueño REM, o de movimientos oculares rápidos, es un periodo en el que el cerebro está ligeramente más despierto que en el sueño profundo. Probablemente evolucionó como medio de control de la temperatura, dice Seigel. En el sueño profundo, el cerebro se enfría y en el sueño REM empieza a calentarse de nuevo. Pero como el cerebro de un delfín nunca se apaga del todo, no se enfría ni necesita volver a calentarse.
Curiosamente, las madres de delfines y orcas llegan a no dormir en absoluto (enlace en inglés) durante un periodo de uno a dos meses, cuando sus crías son más vulnerables.
Las siestas de los pingüinos barbijo
Probablemente la mayoría de nosotros nos hemos quedado dormidos alguna vez y nos hemos despertado rápidamente, para luego volver a quedarnos dormidos y despertarnos. Ocurre cuando tenemos sueño pero no estamos en un lugar donde podamos dormir bien. Llamamos a esto «cabezadas» o también «siestas de gato», una expresión del siglo XIX que hace referencia a la tendencia de los gatos a dormir en cualquier lugar y durante el tiempo que sea.
Pero quizá deberíamos empezar a llamarlas siestas de pingüino barbijo en lugar de siestas de gato. Un nuevo artículo publicado en la revista Science (enlace en inglés) muestra que los pingüinos barbijo duermen durante escasos segundos más de 10 000 veces al día.
La táctica probablemente evolucionó como una forma de proporcionar descanso sin dejar de proteger sus huevos. Los pingüinos barbijo anidan en colonias y sus huevos están en constante peligro frente a depredadores e incluso otros pingüinos. En total, pueden acumular más de 11 horas de sueño.
«La inversión en microsueños por parte de los pingüinos que se reproducen con éxito sugiere que los beneficios del sueño pueden acumularse de forma incremental», señala el resumen del trabajo.
Dormidos de pie
Podría pensarse que un animal tan grande como un elefante necesita dormir más para descansar y recuperar fuerzas, pero es justo lo contrario. Los elefantes africanos son los mamíferos terrestres que menos tiempo duermen.
En cautividad, los elefantes pueden dormir hasta cuatro o seis horas al día, pero en libertad, duermen una media de dos horas diarias y pueden pasar hasta 46 horas sin dormir, según un estudio publicado en 2017 en la revista PLoS One (enlace en inglés).
También pueden dormir de pie o tumbados, y parece que solo se tumban a dormir cada pocos días, probablemente para protegerse de los depredadores, los cazadores furtivos o incluso los elefantes macho en celo.
Del mismo modo, el caballo doméstico duerme algo menos de tres horas de media al día, y el poni doméstico duerme unas tres horas y 20 minutos.
Bien descansados
Puede que los elefantes solo necesiten dos horas de sueño por noche, pero el koala, otro mamífero terrestre que se alimenta de plantas, duerme y descansa nada menos que 22 horas al día (enlace en inglés). La dieta de eucalipto del koala le aporta relativamente pocas calorías, lo que significa que pasa la mayor parte del tiempo gastando la menor cantidad de energía posible.
En cambio, los perezosos, que tienen fama de ser eso justamente, de hecho solo duermen entre nueve y diez horas al día en libertad (enlace en inglés). Los estudios sobre perezosos en cautividad indicaban que dormían más de 15 o 16 horas al día. Pero en la naturaleza, probablemente por la necesidad de comer y evitar ser comidos, duermen tanto como cualquier adolescente humano.
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