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Por fin, un nuevo tratado para altamar

Este largamente esperado acuerdo de la ONU marca un hito en nuestra relación con el océano y ahora requiere la urgente adopción y ratificación a nivel

Gran banco de peces plateados se arremolina en lo alto
Yellowstripe Scad Un gran cardumen de macarela rayada amarilla en formación cerrada en las aguas del estrecho de Dampier frente a las islas Raja Ampat de Indonesia. © Jeff Yonover

Tras más de una década de negociaciones, los gobiernos reunidos hoy en la ciudad de Nueva York acordaron un tratado histórico en las Naciones Unidas sobre la conservación y el uso sostenible de la altamar (esas vastas áreas de océano abierto que se extienden más allá de las aguas territoriales y que, en conjunto, cubren casi la mitad de la superficie terrestre). La adopción formal y la firma del texto del tratado debe llevarse a cabo lo antes posible.

Después de que las dos rondas previas de negociaciones de alto nivel terminaran en un impasse, llegar finalmente a un acuerdo internacional en este largamente esperado Tratado de Altamar de la ONU representa un hito en la relación de la humanidad con el océano.

Uno de los aspectos más significativos del nuevo tratado es que posibilitará que los países establezcan áreas marinas protegidas (AMP) en altamar, lo que constituye un paso fundamental para ayudar a que las autoridades del mundo cumplan con el objetivo de protección global 30x30 que consagraron en el Marco Mundial de la Biodiversidad de la ONU en diciembre pasado. 

Otro elemento importante del tratado es su ambición de modernizar las evaluaciones de impacto ambiental (EIA) mejorando los estándares y dando mayor consistencia a la manera en que los países miden y gestionan el impacto que las actividades humanas tienen en la altamar. 

A pesar de estos puntos positivos, el nuevo acuerdo también deja un espacio considerable para mejorar. En particular, los países acordaron que los organismos existentes responsables de regular actividades humanas como la pesca, las embarcaciones de carga o la minería en el fondo del mar pueden, por ahora, continuar haciéndolo sin tener que acatar los estándares de impacto ambiental establecidos por el tratado. No obstante, con el tiempo, los requisitos de evaluación de impacto ambiental del nuevo tratado ayudarán también a reformar y fortalecer la administración de estas actividades. 

También se incluyeron cláusulas que permiten que los países signatarios opten en determinadas circunstancias salir de las AMP establecidas bajo el acuerdo. 

Dado el declive de la salud oceánica y la persistente incapacidad de los sistemas actuales de resolver el problema, estas excepciones representan un gran vacío legal. 

En relación con el resultado de las reuniones de Nueva York, Adreas Hansen, líder de política oceánica de The Nature Conservancy, comentó:  

“El nuevo Tratado de Altamar marca un hito importantísimo. El océano no tiene tiempo que perder, por lo que los países deben adoptar y ratificar con rapidez el tratado y usar su poder para hacer que las palabras se traduzcan en beneficios para el océano. 

Los estados deben también poner lo suyo para aumentar la ambición en los organizamos que ya tienen la responsabilidad de gestionar los aspectos críticos de la actividad humana, como la pesca, en altamar. Dejarlos como están significa preservar un sistema que ha demostrado ser ineficaz para resolver los complejos problemas que acucian a la altamar hoy en día. 

Estamos por lo tanto llamando a los estados miembro de estas organizaciones a asumir el desafío y alinear sus acciones con la escala de la crisis ecológica, así como también con sus obligaciones internacionales bajo el Acuerdo de París y el Marco Mundial de la Biodiversidad de Kunming-Montreal.

Un statu quo nocivo está impulsando las crisis del clima y la biodiversidad que nuestro mundo enfrenta. Armados con el nuevo Tratado de Altamar y otros marcos y políticas clave de la ONU, los estados ahora tienen la oportunidad de patear el tablero y dar inicio a una nueva era, positiva para la naturaleza, en la relación de la humanidad y el océano que representa nuestro sistema colectivo de soporte vital”.

 

The Nature Conservancy (TNC) es una organización ambiental global dedicada a la conservación de las tierras y aguas de las cuales depende la vida. Guiados por la ciencia, creamos soluciones innovadoras y prácticas a los desafíos más urgentes de nuestro mundo para que la naturaleza y las personas puedan prosperar juntos. Estamos abordando el cambio climático, conservando las tierras, las aguas y los océanos a una escala sin precedentes, proporcionando alimentos y agua de manera sostenible y ayudando a hacer las ciudades más sostenibles. Trabajamos en 76 países y territorios: 37 por impacto directo de conservación y 39 a través de socios, usando un enfoque de colaboración que involucra a las comunidades locales, los gobiernos, el sector privado y otros socios. Para obtener más información, visite TNC en América Latina o siga @TNCLatinamerica en Twitter.