Abriendo nuevos Caminos en Cada Sendero

La silla oruga, como también se la llama, recorrerá algunos senderos ya existentes; pero con el tiempo se crearán más senderos en Burnham Brook que llevarán a diferentes zonas (incluido un futuro sendero que conectará con un impresionante mirador). Algunos amigos locales de la reserva y socios de la comunidad la han puesto a prueba y han operado la silla en distintos tipos de terreno y pendientes, sobre colchones de hojas y por la tierra. 

“Fue todo muy divertido porque nunca lo había hecho antes”, dice Austin Weber, probando la silla de ruedas todoterreno.

No es muy habitual encontrar sillas orugas en rutas de senderismo, pero TNC en Connecticut no se amilana a la hora de ser pionera en nuevas iniciativas. Y el propio arroyo Burnham es un símbolo de nuevos comienzos: la propiedad pertenecía originalmente al Dr. Richard Goodwin, uno de los fundadores de TNC. Donó la tierra a TNC, junto con su casa, que ahora es la oficina de campo de la reserva.

Hubo mucho que hacer cuando la silla oruga pasó de ser una idea a su incorporación oficial: desde evaluar los senderos existentes y encontrar una empresa de sillas oruga, hasta explorar las posibles funciones y potencia de la futura silla.

Luego, una vez que se entregó la silla, todos necesitaban verla en acción y hacer los ajustes necesarios, dice David Gumbart, responsable de las reservas del río Connecticut.

La sección también recibió una generosa financiación por parte de la Fundación Comunitaria del Condado de Middlesex (con sede en Middletown) para adquirir la silla, así como el apoyo del programa de subvenciones para la conservación Two For the Trails de la compañía cervecera Athletic cuyo fin fue el desarrollo de los senderos. Los alumnos de Franklin Academy en East Haddam incluso ayudaron a preparar los senderos mientras aprendían sobre el uso seguro de herramientas manuales y las técnicas de poda adecuadas.

Ahora el programa debutará justo a tiempo para cuando comience el clima cálido, que es una temporada popular en las reservas de esta sección.

“Nuestro personal ha trabajado con ahínco para poner en marcha el programa y estamos entusiasmados por conectar a personas de todas las comunidades con la naturaleza y con la oportunidad de disfrutar de una excursión por el bosque, sentarse junto a una charca primaveral o simplemente apreciar la belleza y la tranquilidad de la Reserva Burnham Brook”, afirma Martha Rice, coordinadora de voluntarios de TNC en Connecticut.

A fin de garantizar que la silla tenga una amplia disponibilidad en el calendario y que los huéspedes puedan conocer sus opciones y funciones durante su visita, TNC se asociará con voluntarios locales capacitados que puedan apoyar el esfuerzo. Después de eso, muchos senderos esperan.

“No se imagina lo bonito que es poder salir al exterior y tener este control”, dice Deb Lees, una de las amigas de la reserva que probó la silla oruga.

Así como la hermosura del paisaje es sin duda un punto destacado, los visitantes que utilicen la silla oruga disfrutarán de los árboles y la fauna del terreno, especialmente de todas las aves.

Se han avistado más de 180 especies de aves en la parcela de 1.122 acres (450 hectáreas), que también alberga una gran variedad de robles, nogales, hayas, abedules, arces y coníferas, así como laurel de montaña y otros arbustos, y muchas hierbas y flores silvestres.

Hay mucho para absorber, no importa la estación, como observó David Gephard, un amigo de la reserva, cuando probó la silla en un sendero. “No puedo esperar a volver y vivir esta experiencia en diferentes épocas del año”.