Las mariposas monarca vuelan con el cielo azul y las copas de los árboles al fondo.
Mariposas monarca en el santuario de El Rosario en la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca en Michoacán, México. © Jaime Rojo
Perspectivas

Apostar en grande por la biodiversidad

Podemos frenar la pérdida de biodiversidad si, con esfuerzos globales, protegemos el 30% de las tierras y aguas del mundo para 2030.

David Banks, Jefe de Conservación de TNC | 15 de octubre de 2024

Un retrato de David Banks de pie en Rattlesnake Creek en Missoula, Montana.
ALIADO NATURAL David Banks comenzó su carrera en TNC como pasante en Indiana. Luego, lideró el programa de Alaska y dirigió el trabajo de TNC en África. Actualmente, está impulsando esfuerzos para aumentar masivamente las protecciones para especies, hábitats y medios de vida en todo el mundo. © Ami Vitale

Cada otoño, en las montañas del oeste de México, los árboles empiezan a cobrar vida. En los bosques a gran altura de Michoacán y el Estado de México, llegan las mariposas monarca, al principio lentamente y luego por millones. Con el tiempo, los troncos de los abetos oyamel se cubren de ondulantes alfombras blancas, naranjas y negras, y el aire se llena del batir de incontables alas.

El espectáculo es solo una parte de una de las migraciones de insectos más asombrosas del mundo, un viaje de unos 5.000 kilómetros desde las zonas de estancia estival de las mariposas en el norte de Estados Unidos y Canadá hasta los sitios de hibernación en México. De octubre a marzo, decenas de millones de monarcas vuelan hasta 160 kilómetros al día para reunirse en una docena de cumbres hasta que hace suficiente calor para volver al norte.

Decenas de millones puede parecer mucho, pero representa una pequeña fracción de lo que solía ser. Los investigadores calculan que las poblaciones de mariposa monarca se han reducido drásticamente en más de un 80% desde la década de 1990, cuando casi 700 millones de mariposas hacían el viaje. Décadas de pérdida de hábitat, tala ilegal y uso de pesticidas, amplificados por los efectos del cambio climático, se han cobrado un alto precio, lo que explica por qué las mariposas monarca migratorias fueron declaradas especie preocupante en 2022.

Un león macho vigila mientras el brillo rosado del atardecer se desvanece detrás de él.
DEPREDADOR APEX: Un león macho de melena oscura conocido como C-Boy vigila en el Parque Nacional del Serengeti en Tanzania. © Michael Nichols

La migración de las monarcas no es solo un sobrecogedor espectáculo visual de biodiversidad. Las mariposas son polinizadores clave de muchos cultivos y flores, y sirven de alimento a pájaros, pequeños animales y otros insectos. Por el camino, aterrizan en multitud de hábitats norteamericanos, se aparean y producen orugas que se transforman en otra generación que continúa la migración. Tardarán de tres a cuatro generaciones en completar el viaje, y cada paso requiere que encuentren las condiciones adecuadas para sobrevivir. Todo está interconectado, y la monarca es solo una pieza de un todo interconectado mucho mayor.

Desde hace décadas sabemos que proteger la biodiversidad es fundamental, no solo por el bien del medio ambiente, sino también por nuestra propia economía, salud y cultura. Todos los años da la impresión de que los científicos nos advierten cada vez más de que nos acercamos a un colapso de la biodiversidad. En mis 30 años de carrera en TNC, he sido testigo de la pérdida de especies y comunidades naturales y a menudo tengo la sensación de que estamos perdiendo la batalla. Si no dejamos de socavar los sistemas naturales que sustentan más de la mitad del PIB mundial —la naturaleza sostiene el comercio de USD 58 billones cada año, según un estudio de PwC de 2023—, los resultados podrían ser desastrosos. Especies como las monarcas son los hilos que unen el gran tapiz de la vida en la Tierra —incluidos nosotros— y su pérdida nos acercaría un poco más a su desintegración.

Por ejemplo, muchas de las especies de ballenas del Océano Antártico fueron cazadas hasta casi su extinción en el siglo XIX y principios del XX, principalmente por su grasa, que se convertía en valioso aceite para lámparas. Las heces de ballena son ricas en hierro, que sustenta el fitoplancton que sirve de principal fuente de alimento a casi toda la vida marina y desempeña un papel clave en la eliminación del dióxido de carbono de la atmósfera mediante la fotosíntesis. Con las ballenas diezmadas, los niveles de fitoplancton disminuyeron, lo que a su vez provocó el colapso de la población de krill. Esto significó menos alimento para las ballenas y otros mamíferos marinos, lo que hizo descarrilar la cadena alimentaria en una vasta franja del océano que solo está empezando a recuperarse.

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Especies como las mariposas monarca son los hilos que tejen el gran tapiz de la vida en la Tierra, incluyendo a los seres humanos. Su pérdida nos acercaría un paso más al desmoronamiento de este delicado equilibrio.

Pero aún estamos a tiempo de trabajar por un futuro diferente basado en la biodiversidad. The Nature Conservancy tiene la visión de detener este tipo de daños y proteger ecosistemas vitales a una nueva y ambiciosa escala, empezando por conservar 4.000 millones de hectáreas de océano —equivalentes a tres Mares Mediterráneos— y 650 millones de hectáreas de tierra, una superficie equivalente al doble del tamaño de la India.

A través de asociaciones con gobiernos, partes interesadas y, sobre todo, miembros y donantes, TNC ha puesto en marcha interesantes iniciativas a gran escala que abarcan sistemas naturales enteros. Somos uno de los principales miembros de la asociación Enduring Earth, que está en vías de proteger y manejar cientos de millones de hectáreas de hábitats críticos —bosques, pastizales, océanos y ríos— en todo el mundo.

Recientemente visité Mongolia, donde el generoso apoyo de los donantes nos ayudó a conseguir un acuerdo con el gobierno y otros socios en abril de 2024 para movilizar USD 198 millones en fondos para la conservación durante los próximos 15 años. Con este acuerdo se protegerá una nueva superficie de 145.000 kilómetros cuadrados —un área aproximadamente del tamaño de Iowa— y se ayudará a Mongolia a lograr la protección del 30% de todo el país.

Y en Canadá, ayudamos a reunir apoyo y fondos para una iniciativa liderada por las Naciones Originarias para mejorar el manejo de casi 100.000 kilómetros cuadrados de océano de importancia cultural y medioambiental a lo largo de la costa de Columbia Británica. Dirigido por 17 Naciones Originarias, el proyecto del Mar Great Bear inaugura una nueva era de colaboración en la conservación marina y el desarrollo económico sostenible, recaudando CAD 260 millones (USD 192 millones) de los gobiernos nacional y provinciales y CAD 75 millones (USD 55 millones) de donantes privados.

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Los ríos sanos desempeñan un papel fundamental en la protección de la biodiversidad al favorecer el ciclo de los nutrientes, el movimiento de los peces, la filtración del agua y el control de las inundaciones. Por eso nos concentramos en aumentar la inversión en soluciones basadas en la naturaleza para proteger ríos y arroyos. Más de 50 programas de inversión en cuencas hidrográficas de TNC en 30 países, como Sudáfrica y Ecuador, prestan apoyo financiero a los servicios ecosistémicos. En el mar, nuestra labor de creación de Bonos Azules en Belice, Barbados, Gabón y las Seychelles está ayudando a financiar la ampliación de áreas marinas protegidas que suman una superficie mayor que la del Golfo de México.

Cuando trabajaba en nuestro programa para África, identificamos el delta del Okavango como uno de los lugares con mayor biodiversidad que debía protegerse en África. Sabíamos que teníamos que trabajar estrechamente con socios locales en varios países para tener éxito, y en 2018, TNC lanzó un proyecto para garantizar un futuro sostenible para el delta del Okavango en el sur de África. Cada año, este vasto oasis del desierto de Kalahari, en Botswana, se expande hasta alcanzar 1.200 kilómetros cuadrados, alimentado por las lluvias estacionales de las exuberantes tierras altas de Angola. Durante su "estación verde", el mayor delta interior del mundo atrae una de las últimas migraciones animales verdaderamente épicas del planeta: una asombrosa diversidad de fauna silvestre, desde águilas pescadoras africanas y cocodrilos del Nilo hasta la mayor población de elefantes de sabana que queda en el continente.

Río arriba del Okavango —en las tierras altas que son la fuente de toda el agua que corre hacia el delta— el país está considerando proyectos hidroeléctricos a gran escala que podrían afectar al ecosistema y perturbar la vida silvestre y los peces. Ante esta situación, TNC se ha asociado con gobiernos nacionales, comunidades locales e instituciones mundiales para proteger el ecosistema en su conjunto mediante un desarrollo inteligente basado en rigurosos análisis científicos y económicos y, de paso, proteger el delta y salvaguardar los medios de subsistencia del millón de personas que dependen del Okavango a través de la pesca, la agricultura, la silvicultura y el turismo.

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Podemos cumplir muchos de nuestros objetivos de protección de la biodiversidad al tiempo que abordamos nuestros compromisos climáticos. Además, el efecto es acumulativo, ya que los ecosistemas biodiversos son más resilientes al cambio climático y ayudan a mitigar sus peores efectos.

No hay tiempo que perder: Las temperaturas más cálidas causadas por el cambio climático inducido por el ser humano ya están reduciendo los ciclos naturales de inundación que proporcionan agua al delta. El Okavango es uno de los innumerables ejemplos de que no se puede hablar de biodiversidad sin incluir los efectos mundiales del cambio climático. El aumento de las temperaturas, la acidificación de los océanos y los fenómenos meteorológicos extremos alteran los hábitats y aumentan el riesgo de extinción de especies ya amenazadas.

Aún podemos cumplir muchos de nuestros objetivos de protección de la biodiversidad al tiempo que abordamos nuestros compromisos climáticos. Y el efecto es acumulativo, ya que los ecosistemas biodiversos son más resistentes al cambio climático y contribuyen a mitigar sus peores efectos, desde los bosques sanos que actúan como sumideros de carbono hasta los humedales y arrecifes de coral que ayudan a reducir las inundaciones y las mareas de tempestad.

The Nature Conservancy comenzó como una organización dedicada a la biodiversidad; está en lo más profundo de nuestro ADN, en el núcleo de lo que somos. A lo largo de los años, nuestra misión ha evolucionado: Antes nos proponíamos proteger la naturaleza de las personas, y ahora trabajamos para proteger la naturaleza para las personas, equilibrando las necesidades del mundo natural y la sociedad humana. La conservación de la biodiversidad siempre ha sido nuestra piedra angular. Al invertir en soluciones basadas en la naturaleza y fomentar asociaciones en todo el mundo, estamos tejiendo un futuro más fuerte y resiliente para el planeta y para nosotros mismos.

Ejemplos asombrosos de biodiversidad y cómo la protegemos

Un grupo de leonas y cachorros se relaja en una llanura cubierta de hierba.
LAZOS FAMILIARES: Los cachorros de león juegan con su abuela cerca de un abrevadero en Tanzania. Los machos jóvenes crecerán y se irán, pero las hembras permanecerán juntas. © Michael Nichols

Subespecie: León africano
Localización: África subsahariana
Estado de conservación: Vulnerable
Hábitat: Sabanas africanas
Otras especies en esta zona: Cebras, leopardos, jirafas, elefantes africanos y muchos animales de pastoreo

Las innovaciones tecnológicas salvan vidas (humanas y de leones)

León africano

Todos los ecosistemas necesitan depredadores alfa para mantener bajo control las poblaciones de otros animales y plantas. Pero los cambios en el clima han intensificado las sequías en África Oriental, creando un conflicto entre las personas y los grandes felinos. Las sequías interrumpen los abrevaderos que los leones y otros grandes depredadores utilizan como cotos de caza. Cebras, gacelas y otros animales de pastoreo deben encontrar nuevas zonas donde congregarse. En respuesta, algunos depredadores han aprendido a cazar animales domésticos. A menudo, las comunidades de pastores acaban matando a los grandes felinos. Así que TNC se asoció con organizaciones de Zambia y Kenya para proteger tanto a los grandes felinos como a las comunidades. Gracias a unos collares de rastreo colocados en los depredadores, organizaciones como Lion Landscapes y Panthera pueden avisar a las comunidades cuando los felinos merodean cerca. Esto permite a los pastores estar alerta y ahuyentar a los depredadores que intentan infiltrarse en los cercados de protección del ganado. Estos grupos, junto con TNC, también están ayudando a algunas comunidades a construir mejores cercados para mantener al ganado —y a los depredadores— aún más seguros.

Los rayos del sol se filtran a través del agua para iluminar una mantarraya de arrecife en Nusa Penida, Indonesia.
BAILE DE CENA: Una mantarraya de arrecife realiza volteretas bajo el agua, utilizando las aletas a los lados de su cabeza para canalizar plancton hacia su boca. © Fred Bavendam/Minden Pictures

Especie: Mantarraya de arrecife
Localización: Indonesia
Estado de conservación: Vulnerable
Hábitat: Arrecifes de los océanos Índico y Pacífico
Hábitos únicos: Se mantiene limpia con la ayuda de pequeños peces y camarones que se alimentan de los parásitos de la piel de la manta.

Proteger los hábitats marinos ayuda a la fauna y la economía

Mantarraya de arrecife

Con más de 3 metros de ancho, la dócil y grácil mantarraya de arrecife es una carismática embajadora del interminable paisaje marino de Indonesia. El archipiélago indonesio se encuentra en el punto de encuentro de las corrientes de los océanos Índico y Pacífico. Esto lo convierte en una zona de altísima biodiversidad marina, que alberga miles de especies de peces de arrecife, corales, medusas, tortugas marinas, peces pelágicos, tiburones, ballenas, rayas y mucho más. Esta abundancia natural hace que el turismo y la pesca sean dos de los sectores económicos más fuertes del país. The Nature Conservancy y su principal socio en Indonesia, YKAN, apoyan al gobierno en su objetivo de aumentar el total de áreas marinas protegidas del país a 324.000 kilómetros cuadrados, una superficie mayor que la de Italia, para 2030. Actualmente, YKAN está ayudando al Gobierno a identificar los hábitats más importantes y sensibles de las áreas marinas del país y a elaborar planes de manejo de áreas protegidas, zonas de prohibición de pesca y parques marinos, teniendo en cuenta las necesidades de las comunidades.

Un grupo de cóndores andinos se encuentra sobre un suelo nevado con las alas extendidas para calentarse bajo el sol.
¡ESTIRAMIENTO! Los cóndores andinos en la Patagonia, Chile, se asolean para calentarse. Con una envergadura de más de 3 metros, tienen las alas más amplias de todos los rapaces. © Nick Garbutt/Nature Picture Library

Especie: Cóndor andino
Localización: Oeste de América del Sur
Estado de conservación: Casi amenazada
Hábitat: El área de distribución se extiende desde los picos de 4.000 metros de la cordillera de los Andes hasta el nivel del mar.
Otras especies de la zona: Huemules, osos de anteojos, tucanes de montaña y guanacos

Preservar los grandes paisajes da espacio para volar a las grandes aves

Cóndor andino

El cóndor andino, el ave voladora más grande del mundo, sobrevuela los picos y valles de su cordillera homónima, desde el norte de Colombia hasta el sur de la Patagonia argentina y chilena. Utilizan sus más de tres metros de envergadura para aprovechar las corrientes de aire y volar más de 160 kilómetros cada día. Pero este buitre emblemático está ahora amenazado por la pérdida de hábitat, la construcción de nuevas líneas eléctricas y turbinas eólicas, la llegada del cambio climático y el envenenamiento por pesticidas y perdigones de plomo procedentes de la caza. Por ello, TNC trabaja en toda América del Sur para salvaguardar los pastizales de montaña, las áreas andinas y las cuencas hidrográficas del desarrollo excesivo. TNC protege los hábitats forestales, ayuda a los ganaderos a aplicar métodos de pastoreo de ovejas compatibles con el medio ambiente y facilita prácticas sostenibles para la producción de soja, todo lo cual da al cóndor espacio para continuar sus impresionantes vuelos.

El coral cuerno de alce de color dorado se extiende sobre un arrecife bajo aguas azul turquesa.
MATORRAL DE CORAL: El coral cuerno de alce crece en Eleuthera, Bahamas. La estructura creada por este coral proporciona viveros esenciales para la vida marina juvenil. © Shane Gross/NPL/Minden Pictures

Especie: Coral cuerno de alce
Localización: Mar Caribe y Golfo de México
Estado de conservación: En peligro crítico
Hábitat: Aguas costeras poco profundas
Otras especies que sustenta: Langostas espinosas, peces de arrecife, tortugas marinas, anguilas, esponjas, pulpos y tiburones

La plantación de nuevos corales restaura los arrecifes dañados

Coral cuerno de alce

Las gruesas y complejas ramas del coral cuerno de alce ayudaron a construir durante miles de años los coloridos y asombrosamente biodiversos arrecifes del Caribe. En la actualidad, estos ricos ecosistemas —que albergan todo tipo de vida marina, protegen las costas de las mareas de tempestad y generan ingresos derivados del turismo— están gravemente amenazados por el calentamiento global, la contaminación y la sobrepesca. En respuesta, The Nature Conservancy trabaja para proteger los arrecifes de coral en todo el Caribe. En el Centro de Innovación Coralina de las Islas Vírgenes de Estados Unidos, inaugurado en 2021, 24 grandes tanques cultivan nuevos corales a partir de fragmentos de colonias de progenitores silvestres, incluido el cuerno de alce, para su restauración y trasplante. En Barbados, TNC consiguió USD 50 millones de financiamiento para la conservación y el desarrollo sostenible del país con el fin de proteger sus océanos. El año pasado, TNC y sus socios trasplantaron 16.850 corales en Las Bahamas y las Islas Vírgenes, y presentaron CoralCarib, una nueva iniciativa centrada en la recuperación de arrecifes en Cuba, Haití, Jamaica y la República Dominicana.

Un conejo pigmeo sale corriendo de su madriguera.
HORAS DORADAS: Un conejo pigmeo salta cerca de su madriguera en el matorral de artemisa. Estos pequeños conejos son más activos al amanecer y al atardecer para evitar a los depredadores. © Morgan Heim

Especie: Conejos pigmeos (población de la cuenca del Columbia)
Localización: Washington
Estado de conservación: En peligro de extinción
Hábitat: Estepa de artemisa en la cuenca de desagüe del río Columbia
Otras especies en esta zona: Artemisa grande, comadrejas, coyotes, búhos, tejones americanos, halcones

Reintroducir especies amenazadas beneficia a muchas otras

Conejos pigmeos

En los últimos años, la especie de conejo más pequeña de Estados Unidos lo ha pasado mal. El conejo pigmeo de la cuenca de Columbia, en peligro de extinción, pesa apenas medio kilo de adulto y se enfrenta a enfermedades, la endogamia y la pérdida de su hábitat en la estepa de artemisa a causa de la urbanización y los incendios forestales. El Departamento de Pesca y Vida Silvestre del estado de Washington ha dado una oportunidad al conejo mediante un programa de cría en cautividad en la Reserva Beezley Hills de TNC. El Programa Federal de Reservas de Conservación, que ayuda a incentivar la protección del hábitat de la artemisa en terrenos privados, también ha ayudado al crear un corredor de hábitat para el raro conejo en el este del estado de Washington. Aunque la protección del hábitat ha sido una bendición para los conejos, muchas otras especies también se han beneficiado: El corredor ha demostrado ser una tabla de salvación para varias especies animales que escapan de la proliferación de incendios forestales de los últimos años en todo el noroeste del Pacífico.

Vista aérea de Crooked Creek.
Reserva Crooked Creek, área protegida de TNC, Wisconsin © Fauna Creative