Los cinco principios que definen a las soluciones climáticas naturales
Nuevo documento destaca cómo la naturaleza puede brindar soluciones eficaces, medibles y equitativas ante las crisis climáticas y de biodiversidad
El canto de la oropéndola resuena entre los árboles de cacao y otros árboles frutales en un sistema agroforestal de la Amazonía ecuatoriana. Los humedales del delta superior del Okavango, en Angola, filtran el agua de la que dependen en la estación seca algunas de las especies más amenazadas del mundo: el guepardo, el rinoceronte y el perro salvaje africano. Mujeres recogen cangrejos de fango y almejas de las aguas que acunan los exuberantes manglares de Papúa Nueva Guinea. Y las plantas de frailejón de las turberas de los páramos colombianos capturan la bruma y la niebla que atraviesan los Andes y, de ese modo, proveen agua limpia a millones de personas que viven en las ciudades situadas río abajo. En todo el mundo, la naturaleza nos proporciona alimentos y agua, constituye el respaldo de los medios de subsistencia de las comunidades y la biodiversidad, mantiene limpios el aire y el agua, y nos proporciona una inestimable sensación de bienestar... pero eso no es todo. Hace años que sabemos que esos mismos sistemas naturales pueden ayudar a combatir la crisis climática.
¿Qué son las soluciones climáticas naturales?
Las soluciones climáticas naturales (NCS) implican proteger, gestionar o restaurar ecosistemas para reducir emisiones de gases de efecto invernadero y almacenar carbono. Junto con medidas como la reducción de combustibles fósiles y el uso de energías renovables, NCS puede mitigar el cambio climático y respaldar comunidades, ecosistemas y biodiversidad.
A estas alturas, sabemos que el mundo se enfrenta a una emergencia climática que requiere medidas inmediatas y coordinadas. También sabemos que la naturaleza puede constituir una parte significativa de la solución, ya que tiene el potencial de mitigar un tercio de las emisiones mundiales para 2030. Entonces, ¿por qué no aprovechamos todo el potencial climático que la naturaleza nos ofrece?
Una de las razones es la falta de comprensión en torno a cómo se definen estas soluciones. Un nuevo documento dirigido por Peter Ellis, Director de Ciencia de Soluciones Climáticas Naturales Globales de The Nature Conservancy (TNC), espera cambiar esta situación esbozando cinco principios orientativos para la aplicación mundial de las NCS.
El documento, publicado en Nature Communications, representa el consenso de un grupo diverso de autores de seis organizaciones y se basa en investigaciones científicas de vanguardia y prácticas recomendadas provenientes de todo el mundo. Los investigadores esperan que el alineamiento mundial con respecto a en qué consisten las soluciones climáticas naturales eficaces, equitativas y sostenibles sirva de inspiración para tomar medidas inmediatas que se orienten a liberar todo el potencial climático de la naturaleza en conjunción con los esfuerzos mundiales de descarbonización. La naturaleza siempre estará aquí, pero nuestra oportunidad de trabajar con ella para resolver la crisis climática se está desvaneciendo rápidamente.
Sigue leyendo para conocer los cinco principios de las soluciones climáticas naturales con ejemplos de cómo cada uno de ellos ya se está poniendo en práctica en proyectos de NCS impulsados por comunidades de todo el mundo.
Principio 1: Las soluciones climáticas naturales se basan en la naturaleza.
En este punto vale la pena subrayar la diferencia entre soluciones climáticas naturales y soluciones basadas en la naturaleza. Mientras que las soluciones climáticas naturales (NCS) se centran específicamente en la mitigación del cambio climático, las soluciones basadas en la naturaleza (NbS) son acciones que abordan retos sociales más amplios a través de la protección, la gestión sostenible y la restauración de los ecosistemas, de un modo que beneficia tanto a la biodiversidad como al bienestar humano. Por tanto, las NCS tienen fuertes solapamientos con las NbS. Aunque las NCS se centran en el potencial de mitigación del clima, también pueden aportar innumerables beneficios colaterales a las comunidades, los ecosistemas y la biodiversidad.
Las soluciones climáticas naturales son el resultado de la administración humana de los ecosistemas.
La naturaleza y las personas están interconectadas y, a lo largo de la historia, los seres humanos han modelado los entornos naturales, algunas veces para mal, otras para bien. Las soluciones climáticas naturales subrayan el papel que desempeñan las personas en la administración positiva de los ecosistemas para mitigar el cambio climático. Un ejemplo de relación entre el ser humano y los entornos naturales que es positiva para el clima puede verse en los bosques que se administran correctamente para conseguir madera. Muchos silvicultores han transformado las prácticas de tala con el fin de evitar daños innecesarios a los bosques de donde extraen la madera. Estas prácticas mejoradas de gestión forestal garantizan que, incluso un bosque destinado a la extracción de madera siga siendo un bosque, que almacene más carbono y que siga fomentando la biodiversidad.
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Las soluciones climáticas naturales no alejan a los ecosistemas de su estado natural.
Basarse en la naturaleza significa que las NCS descansan sobre la administración humana responsable de los ecosistemas de una manera que preserve su estado natural. La reforestación, por ejemplo, debe hacerse con cuidado para garantizar que se planten los árboles adecuados en el lugar adecuado. Esto suele consistir en la plantación de especies autóctonas adaptadas a la región y sus condiciones. Plantar árboles sin esta consideración puede alterar los procesos naturales del bosque, por lo que cualquier NCS de reforestación debe preservar o restaurar la estructura, composición y función naturales de los ecosistemas.
Caso de estudio
Protección de las turberas únicas de Colombia
Los páramos son ecosistemas a gran altitud y ricos en carbono que solo se encuentran a lo largo de la cordillera andina en Colombia, Venezuela, Ecuador y Perú, así como en ciertas partes de Centroamérica Estas tierras altas neotropicales albergan docenas de especies de Espeletia o frailejón, una planta que capta grandes cantidades de agua de la abundante bruma y niebla de la zona, la almacena en suelos turbosos y la distribuye lentamente. Este proceso protege de las inundaciones a las comunidades e infraestructuras situadas aguas abajo y garantiza el suministro de agua potable a millones de personas en ciudades como Bogotá y Quito durante la sequía.
Estrategias innovadoras, tales como los Fondos Latinoamericanos para el Agua, permiten a los usuarios del agua compensar a las comunidades río arriba responsables de la protección de estos ecosistemas esenciales para las turberas. Hasta la fecha, TNC Colombia y sus socios han ayudado a salvaguardar las fuentes de agua de casi 16 millones de personas con fondos para el agua en Bogotá y otras ciudades que dependen del suministro de agua proveniente de los ecosistemas de páramo. Estos fondos reúnen a comunidades, agricultores, gobiernos, al sector empresarial y a otras partes interesadas con el fin de ampliar la conservación y garantizar la seguridad del agua, la protección de la biodiversidad, la resiliencia al cambio climático y el desarrollo económico para todos. Dado que los páramos se enfrentan a una continua degradación debido al cambio de uso del suelo y otras perturbaciones, la protección y la gestión sostenible de estos ecosistemas resultan vitales.
El páramo, un poderoso aliado climático
El agua, la biodiversidad, la resiliencia y el bienestar humano son solo el principio de los superpoderes de los páramos. Los ecosistemas de páramo también presentan un enorme potencial de mitigación climática, ya que su vegetación única y sus suelos ricos en turba almacenan y secuestran carbono, que queda atrapado en los suelos durante milenios. Hasta ahora, se carecía de información firme sobre la protección y restauración de los páramos como solución climática natural. TNC Colombia está desarrollando investigaciones y herramientas que los responsables de la toma de decisiones pueden utilizar para incorporar el potencial de mitigación climática de los páramos en los compromisos y planes climáticos de Colombia.
Trabajar con las comunidades río arriba en los páramos para salvaguardar estos hábitats críticos significa honrar el primer principio de las soluciones climáticas naturales: garantizar que las NCS sean el resultado de la administración humana de los ecosistemas de una forma que preserve su estado natural.
Principio 2: Las soluciones climáticas naturales son sostenibles.
Las NCS están diseñadas principalmente para proporcionar beneficios climáticos eficaces, pero debido a que se implementan y mantienen a través de acciones de administración humana, es importante que estas permitan que los ecosistemas mantengan su prestación de servicios fundamentales a los seres humanos que los cuidan. Si las NCS socavan el suministro de alimentos, fibra, madera, biodiversidad y resiliencia, es menos probable que las personas que necesitan de estos servicios para prosperar las sostengan.
Las soluciones climáticas naturales sostienen la biodiversidad.
En muchos casos, las NCS preservan y fomentan activamente la biodiversidad protegiendo y añadiendo hábitats y fuentes de alimento para la vida silvestre y restaurando especies vegetales que, de otro modo, estarían degradadas o en declive. Un componente clave del principio de sostenibilidad es que las NCS no deben perjudicar la biodiversidad. Si volvemos al ejemplo de la reforestación, añadir árboles a pastizales autóctonos puede contribuir a la captura de carbono aumentando la biomasa arbórea de la zona, pero dañaría el hábitat de la vida silvestre y reduciría la biodiversidad autóctona, ya que perjudicaría a especies que dependen de los ecosistemas de pastizales para su supervivencia.
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Las soluciones climáticas naturales sostienen la producción de alimentos, fibra y madera.
La prosperidad de las economías y comunidades resulta esencial para la durabilidad de las NCS. Estas soluciones suelen darse en los sistemas alimentarios, como las tierras agrícolas o de pastoreo, o en los ecosistemas costeros donde se practica la pesca. En estas zonas, las NCS pueden contribuir activamente (y a menudo lo hacen) a una producción alimentaria sana y sostenible, lo que proporciona seguridad alimentaria y mantiene los medios de subsistencia de agricultores, ganaderos y pescadores. Otro aspecto clave de las NCS es que no pueden, en neto, reducir activamente la producción de alimentos, fibra y madera.
Por ejemplo, las NCS basadas en bosques (como la mejora de la gestión forestal y la prevención de la deforestación) deben tener en cuenta las repercusiones tanto en las personas como en el clima. Los árboles y los bosques desempeñan un papel fundamental en el almacenamiento de carbono y la reducción de emisiones, pero también son el medio de subsistencia de las comunidades que dependen de su alimento, fibra y madera. La reforestación de tierras de cultivo no se consideraría una NCS porque amenaza la seguridad alimentaria, como tampoco lo sería dejar que bosques gestionados se regeneren a su estado natural de formas que comprometan la madera y sus productos derivados. El mundo sigue necesitando estos productos para seguir prosperando. Las NCS facilitan la producción necesaria y continua de recursos de fibra y madera —que pueden tener una huella de carbono mucho menor que otros materiales de construcción— sin causar daños innecesarios a los bosques.
Las soluciones climáticas naturales sostienen los servicios de adaptación climática.
Las soluciones climáticas naturales también pueden ayudar a las comunidades y los ecosistemas a adaptarse al cambio climático. La restauración de los manglares en las comunidades costeras, por ejemplo, no solo permite almacenar carbono adicional, sino que ayuda a prevenir la erosión costera y amortiguar las mareas de tempestad. A medida que se agravan los efectos del cambio climático, para garantizar la sostenibilidad de las NCS se debe tener en cuenta el modo en que estas acciones pueden ayudar a las personas y a la naturaleza a adaptarse a condiciones cambiantes, y asegurarse de que esta capacidad de resiliencia esencial no se vea comprometida.
Caso de estudio
Conservación de los manglares en Papúa Nueva Guinea dirigida por mujeres
Las mujeres de las comunidades costeras de Papúa Nueva Guinea (PNG) tienen amplios conocimientos sobre los manglares, ya que son el grupo que más depende de estos ecosistemas: extraen madera, alimentos y otros recursos. De hecho, las mujeres son responsables del 60 al 80 % de toda la producción alimentaria de Papúa Nueva Guinea. TNC apoya el empoderamiento económico y cultural de las mujeres a través de una asociación única con Mangoro Market Meri (Manglares, Mujeres y Mercados), una iniciativa que vincula la conservación dirigida por mujeres con actividades de desarrollo económico sostenible (enlace en inglés), lo que crea beneficios a largo plazo para los manglares y las mujeres de Papúa Nueva Guinea.
Mangoro Market Meri apoya los esfuerzos locales de conservación empoderando a las mujeres para que tomen conciencia de los beneficios de los ecosistemas de manglares. Las actividades del proyecto abarcan desde la creación de mercados para productos de manglares recolectados de forma sostenible, como mariscos y cangrejos de fango, hasta la puesta en marcha de un centro de educación y recursos. TNC imparte formación en liderazgo, conocimientos financieros y gestión empresarial y de la conservación que genere ingresos necesarios, empleo y oportunidades de liderazgo para las mujeres comprometidas con la protección de sus manglares. El proyecto también está poniendo a prueba una iniciativa de mercado de carbono azul que permitirá a las comunidades beneficiarse de la conservación y restauración de los manglares y liderará el camino de la mitigación climática del carbono azul en Papúa Nueva Guinea.
¿Por qué son tan importantes los manglares en Papúa Nueva Guinea?
Papúa Nueva Guinea alberga el 75 % de los manglares del Pacífico y es el segundo país, después de Indonesia, en diversidad de manglares. Estos sistemas de “carbono azul”. ayudan a mitigar el cambio climático, dado que capturan el dióxido de carbono y otras emisiones de gases de efecto invernadero de la atmósfera y los almacenan en sus suelos marinos durante milenios. Los manglares posibilitan el empleo en la pesca y la seguridad alimentaria, y contribuyen al florecimiento de la biodiversidad, ya que funcionan como hábitat de especies y aves acuáticas. Los manglares también contribuyen a la resiliencia costera de las personas y la infraestructura, filtran los contaminantes del agua que llegan al océano desde los ríos e impiden que el agua de mar penetre en las fuentes de agua dulce.
Principio 3: Las soluciones climáticas naturales deben aportar al clima.
Eso significa que las NCS deben proporcionar beneficios climáticos adicionales y duraderos que no se producirían sin la intervención humana o una inversión adicional en el potencial de la naturaleza. Por ejemplo, evitar la conversión forestal es una vía de NCS que requiere una acción de conservación tangible para impedir que un bosque pase a tener otros usos, como que se convierta en un pastizal o una plantación de aceite de palma.
Las NCS no deben sustituir a los esfuerzos por reducir las emisiones, sino que deben complementarlos y ofrecer resultados a largo plazo en la lucha contra el cambio climático. También deben proporcionar una mitigación duradera del cambio climático. Eso significa que cualquier cambio positivo que hagamos para reducir las emisiones y combatir el cambio climático utilizando NCS debería durar lo suficiente como para tener un impacto medible.
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Por supuesto, es importante recordar que en la Tierra nada es permanente. Por tanto, cuando pensamos en las NCS, debemos pensar en durabilidad y no en permanencia. Cada tonelada de carbono almacenada hoy nos ayuda a inclinar la curva de la temperatura global hacia el enfriamiento. Dada la urgencia del cambio climático, tenemos que centrarnos en lo que tenemos a nuestro alcance ahora mismo. Además, los sistemas de la Tierra son dinámicos e, incluso si las partes individuales disminuyen o desaparecen, el sistema en su conjunto persistirá.
Otro aspecto importante de la adicionalidad de las NCS que hay que tener en cuenta es que las soluciones climáticas naturales no se utilizan para compensar emisiones que deben evitarse en primera instancia. Las soluciones climáticas naturales no son un sustituto de la enorme y rápida reducción de las emisiones de combustibles fósiles que necesitamos. Sencillamente, no hay una salida plausible a la crisis climática si no hacemos una transición a las energías renovables. Pero lo mismo ocurre con las NCS. También debemos reducir las emisiones derivadas del cambio en el uso del suelo y la agricultura, y aumentar la remoción de carbono a partir de la restauración y la mejora de la gestión para cumplir los objetivos climáticos mundiales.
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Caso de estudio
Conservación de turberas en el Alto Okavango
La cuenca del río Cubango-Okavango se extiende por Angola, Namibia y Botsuana y abastece de agua a cerca de un millón de personas. Más de 700 especies animales dependen también del delta durante la estación seca (enlace en inglés). Sin embargo, aunque gran parte del delta en sí está bajo protección legal, la parte superior del Okavango en Angola —que comprende una serie de tierras, ríos y lagos ricos en biodiversidad que alimentan el 80-90 % de la cuenca inferior— está amenazada por la pesca y la agricultura no sostenibles, los incendios, el desarrollo de infraestructuras, el cambio de las condiciones climáticas y otras perturbaciones humanas.
Dentro de esta región, se cree que la subcuenca superior del Cuito y la cuenca del Cuando albergan uno de los mayores depósitos de turba de que quedan en el sudeste de Angola. Con su diversidad de plantas de humedal, estas zonas de naciente hídrica son fundamentales para mantener la biodiversidad. También tienen importantes beneficios locales para los medios de subsistencia de la comunidad, así como beneficios río abajo para la pesca comunitaria y el ecoturismo. Las turberas también ofrecen una gran concentración de beneficios para la mitigación del cambio climático: aunque solo cubren el 3 % del planeta, estos ecosistemas almacenan hasta un tercio del carbono terrestre mundial (enlace en inglés). A pesar de su importancia, los recursos de turba de las tierras altas del sudeste de Angola aún no están bien caracterizados ni cartografiados. Por lo tanto, estamos antes la oportunidad de evaluar el potencial de mitigación climática de estas turberas y las posibles amenazas para estos valiosos sistemas, con el fin de fundamentar el desarrollo de estrategias de conservación y restauración de turberas en la región.
TNC está llevando a cabo un programa de NCS anidado dentro del ya establecido programa Okavango de TNC, sobre la base de sus tres pilares estratégicos : conservación basada en la comunidad vinculada a la gestión de áreas protegidas; desarrollo inteligente que satisfaga las necesidades de las personas y la naturaleza; y mecanismos de financiación sostenibles a largo plazo para la conservación y gestión de la cuenca del Okavango.
Para aprovechar este exitoso programa, el proyecto de investigación de prototipo trabajará con socios para cartografiar y estimar las zonas de turberas en el alto Okavango, evaluar las amenazas potenciales y actuales para los sistemas de turberas del sudeste de Angola, e identificar posibles intervenciones para la conservación y restauración de las turberas. En virtud del principio 3, los científicos de la región se responsabilizan de realizar evaluaciones basadas en pruebas de las amenazas a estas turberas antes de hacer afirmaciones sobre la mitigación que puede tener lugar con su protección.
Principio 4: Las soluciones climáticas naturales son medibles.
Las soluciones climáticas naturales deben ser coherentes, transparentes, medibles y precisas. No podemos entender cómo las NCS están resolviendo la crisis climática si no medimos cuánto carbono se está reduciendo y eliminando de la atmósfera gracias a estas intervenciones. Pero en algunos casos, el carbono no es el único factor que influye en el clima. Por lo tanto, las NCS deben cuantificar su beneficio climático de la forma más coherente y completa posible, y tener en cuenta todos los factores que pudieran repercutir en el clima, incluidos los agentes que influyen en el clima, como el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O), o los cambios en la reflectividad (o el albedo), como el paso de nieve a bosque perennifolio. Por ejemplo, aunque plantar más árboles suele ser bueno para el clima, en lugares nevados y boreales, la cubierta arbórea adicional podría provocar un mayor calentamiento porque absorbería la luz solar reflejada por la nieve.
La contabilización de las soluciones climáticas naturales apoya la conservación
Al estimar el efecto positivo de las NCS, es importante ser prudente e incluir las intervenciones solo cuando la ciencia haya demostrado su valor. Por ejemplo, las nuevas investigaciones están empezando a demostrar cómo la eliminación de lianas en los bosques puede formar parte de un conjunto más amplio de acciones forestales climáticamente inteligentes, pero los científicos que trabajan en esta NCS se están asegurando de que existan pruebas suficientes que demuestren que esto efectivamente tiene un efecto neto positivo para el clima. Al centrarse en estas prácticas específicas, respaldadas por pruebas, el enfoque garantiza que estamos considerando solo aquellas acciones que estamos seguros de que combatirán el cambio climático.
Debemos ser cautos y claros sobre la eficacia genuina de ciertas acciones y reconocer que, aunque beneficien a las personas o al medioambiente, no todas las intervenciones que aparecen como soluciones basadas en la naturaleza tienen beneficios climáticos medibles. En muchos casos, estos beneficios climáticos se demuestran mediante el uso de una metodología de carbono que atribuye de forma transparente un beneficio climático a una actividad específica. Pero no todas las metodologías son iguales, y algunas aún precisan de pruebas transparentes que pongan de manifiesto los riesgos, las imprecisiones y las ineficiencias de la investigación y la medición.
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La contabilización de soluciones climáticas naturales evita el doble conteo.
Aunque las metodologías de las NCS estén bien contrastadas, distintas NCS bien medidas aún pueden solaparse entre sí. Por eso es importante prestar atención al doble conteo La acción de las NCS debe medirse utilizando las prácticas recomendadas de contabilidad, de modo que el potencial de mitigación del cambio climático solo se contabilice una vez en los inventarios de emisiones o en los regímenes del mercado de carbono. Esto es fundamental para garantizar la transparencia y exactitud de los informes, así como para evitar el incremento del impacto de las soluciones climáticas naturales. Por ejemplo, si una organización mundial está trabajando con una comunidad en el diseño de un proyecto de NCS en pastizales y está considerando tanto el potencial de la reforestación como la mejora de las actividades de gestión del pastoreo en la misma parcela de tierra, al estimar la oportunidad de NCS solo podemos tener en cuenta una de las oportunidades, no ambas.
Caso de estudio
Restauración de los humedales costeros de Australia
Los vastos humedales costeros de Australia —que incluyen marismas, praderas marinas y manglares— son ecosistemas ricos en biodiversidad que prestan servicios ecosistémicos fundamentales. Estos sistemas de carbono azul mejoran la resiliencia de las costas, purifican las reservas de aguas subterráneas y secuestran miles de millones de toneladas de carbono de la atmósfera en concentraciones hasta cinco veces superiores a las de los bosques terrestres. Proporcionan un hábitat para criaderos de peces y aves costeras migratorias, y ofrecen importantes beneficios económicos a través del turismo y las actividades recreativas. Sin embargo, solo queda la mitad de los humedales costeros del país y en Australia Meridional se calcula que se ha perdido hasta el 70 % de los ecosistemas de humedales.
En 2021, TNC, el Gobierno de Australia Meridional y la Fundación COmON anunciaron una asociación de 1,2 millones de dólares (enlace en inglés). para restaurar los humedales costeros de la costa color esmeralda de Australia Meridional a través de un innovador proyecto de financiación de carbono azul. La iniciativa está ayudando a restaurar hasta 2000 hectáreas de humedales a lo largo de 700 kilómetros en el golfo de San Vicente y el golfo de Spencer, y forma parte del primer grupo de lugares de restauración de humedales costeros financiados por la nueva metodología de carbono azul del Commonwealth Emissions Reduction Fund.
Basándose en el éxito de esta asociación, el equipo Global de NCS de TNC, en colaboración con TNC Australia, elaborará un modelo estatal de financiación y seguros sostenibles para proteger más de un millón de hectáreas de ecosistemas de carbono azul. El proyecto evaluará los costos y beneficios de la restauración de humedales, así como los obstáculos y las condiciones propicias —de una forma que garantice que cualquier posible intervención de la NCS sea medible y precisa antes de su implementación—.
Principio 5: Las soluciones climáticas naturales son equitativas.
Históricamente, las poblaciones vulnerables son las más afectadas por el cambio climático, y los pueblos indígenas, las comunidades locales y costeras, al igual que las mujeres han sido ignorados o maltratados a la hora de tomar decisiones que afectan a sus tierras y aguas. Para tener éxito, las acciones climáticas no solo deben incluir a estos grupos, sino que también deben respetar y valorar su cultura única, sus conocimientos, sus derechos y su autodeterminación. Las soluciones climáticas naturales deben fomentar un enfoque justo e inclusivo de las soluciones climáticas que beneficien a comunidades enteras, poblaciones vulnerables y titulares de derechos indígenas.
Los proyectos de soluciones climáticas naturales que respeten los derechos humanos y el liderazgo indígena no solo serán más resilientes, aceptados y adoptados, sino que también contribuirán de forma más significativa a las soluciones climáticas globales.
Las soluciones climáticas naturales respetan los derechos humanos.
Poner en práctica las NCS es una cuestión de supervivencia para nuestro planeta y nuestra especie. Las soluciones climáticas naturales respetan y promueven las leyes nacionales e internacionales de derechos humanos con el fin de evitar efectos negativos sobre los derechos humanos, y para que todas las personas y ecosistemas puedan contribuir y beneficiarse equitativamente de las soluciones climáticas. Las soluciones climáticas naturales deben trabajar con los grupos tradicionalmente subrepresentados, marginados y vulnerables, y apoyarlos, además de reconocer sus derechos y su capacidad para aportar sus conocimientos al éxito de la aplicación de las NCS.
Por ejemplo, no podemos, en nombre de la acción por el clima, utilizar recursos financieros para adquirir tierras de agricultores de subsistencia o comunidades locales que dependen de la tierra y carecen de esos mismos recursos y llamarlo NCS.
Las soluciones climáticas naturales respetan la autodeterminación indígena.
Las prácticas de soluciones climáticas naturales honran la autodeterminación, el conocimiento y el liderazgo indígenas, y reconocen y valoran su papel vital en la administración de las tierras y aguas desde tiempos inmemoriales. Por ejemplo, las NCS deben aplicarse con el Consentimiento libre, previo e informado (CLPI) (enlace en inglés). de los pueblos indígenas y las comunidades locales, demostrando respeto, responsabilidad y acción.
Caso de estudio
Apoyo a los sistemas agroforestales ancestrales de Ecuador
Las comunidades indígenas de la Amazonía ecuatoriana tienen una larga tradición en la práctica de sistemas agroforestales conocidos como chakra. La chakra es el sistema de producción más común en la región, y es única por su gran biodiversidad y sus plantaciones mixtas de especies madereras y frutales. En reconocimiento del valor de estas prácticas, a partir de 2023, la chakra se reconoce como parte de los Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) de la FAO. Sin embargo, las presiones para producir materias primas alternativas hacen que muchos de estos sistemas tradicionales corran el riesgo de ser sustituidos por monocultivos. La protección y gestión de las chakras no solo respalda sus valores culturales y espirituales, sino que puede evitar la deforestación y la conversión de la tierra en sistemas agrícolas comerciales más intensivos que pueden generar consecuencias devastadoras para la biodiversidad, la resiliencia climática y los medios de subsistencia.
A escala mundial, los sistemas agroforestales tienen un gran potencial como soluciones climáticas naturales, ya que estas iniciativas dan lugar a una mayor eliminación y almacenamiento en el ecosistema de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que, de otro modo, se liberarían a la atmósfera. Dado el potencial de mitigación climática de las chacras, TNC Ecuador reconoce que debemos combinar varias estrategias para asegurar la continuidad de estos sistemas ancestrales y generar oportunidades de ingresos adicionales para los agricultores: fortalecer las capacidades organizativas, mejorar el acceso a mercados justos, proporcionar incentivos políticos y mercados de carbono.
Este proyecto de NCS pretende reforzar los medios de subsistencia indígenas y la continuidad de los chakras ancestrales, reconociendo su extraordinario valor como prácticas culturales, espirituales y medioambientales. El proyecto consolidará la información científica sobre el potencial de mitigación de los sistemas tradicionales de producción que los pueblos indígenas ponen en práctica en sus territorios, con el propósito de contabilizar este potencial dentro de los compromisos locales y nacionales, y generar incentivos económicos para promover y fortalecer estas prácticas tradicionales de chakras. Es importante destacar que el proyecto sigue un enfoque estratégico de abajo hacia arriba, con las comunidades locales a la cabeza y TNC ofreciendo apoyo y recursos bajo la dirección de los líderes indígenas y las comunidades que administran esta tierra.
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Principios de las soluciones climáticas naturales
El artículo completo está disponible en Nature Communications mediante acceso abierto.
DESCARGAR EL DOCUMENTO (en Inglés)No podemos alcanzar los objetivos climáticos mundiales del Acuerdo de París sin aprovechar el poder de las soluciones climáticas naturales. Las NCS están a disposición y son económicas, lo que permite su rápida implementación en todo el mundo, siempre que respeten los cinco principios anteriores.
Los líderes mundiales tienen años, no décadas, para poner en marcha planes de reducción y eliminación de los gases de efecto invernadero de nuestra atmósfera. El documento “Los principios de las soluciones climáticas naturales” presenta una guía para replantear por completo nuestra relación con la naturaleza, animándonos no solo a actuar sino a administrar la naturaleza de forma equitativa y con el máximo efecto sobre el clima.
TNC trabaja en asociación con científicos, pueblos indígenas, comunidades y líderes de todo el mundo para colaborar en el despliegue del potencial de la naturaleza con el fin de alcanzar nuestros objetivos globales de reducción de emisiones.
Acerca de
naturebase
Los principios esbozados en este artículo constituyen la base de naturebase, una plataforma gratuita de datos abiertos que ayuda a responsables de formular políticas, profesionales y expertos técnicos a identificar, analizar y tomar decisiones sobre por qué, dónde y cómo aplicar soluciones climáticas naturales (NCS).
El desarrollo de la plataforma fue dirigido por expertos de The Nature Conservancy, con los aportes de numerosas organizaciones de todo el sector medioambiental. Los Principios de la NCS se entretejieron en la creación de naturebase, y ofrecen orientación para la contabilidad que utiliza la riqueza de los nuevos datos ofrecidos a través de la plataforma, así como estrategias para la implementación eficaz, la integridad del proyecto y la priorización de los derechos humanos.