Invierte en la Naturaleza, y la Naturaleza invierte en todos nosotros
Cómo financiamos y hacemos la transición a una economía favorable con la naturaleza en tierra, agua y mar
A finales de este año, representantes de países de todo el mundo se reunirán en la Convención de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica para acordar un nuevo marco global para guiar la protección de la biodiversidad a lo largo de esta década, que podría denominarse “New Deal for Nature”.
Hay muchas esperanzas de que se establezca un marco ambicioso. Sin embargo, aún quedan desafíos por delante, como encontrar formas de financiar las acciones necesarias para lograr sus objetivos. Actualmente tenemos una brecha de financiamiento de alrededor de 700 mil millones de dólares entre lo que gastamos para proteger la naturaleza cada año y lo que necesitamos invertir, según un importante informe de The Nature Conservancy (TNC), del Instituto Paulson en los EE. UU. y el Centro Cornell Atkinson para la Sostenibilidad.
Si queremos cerrar esta brecha de financiamiento para la naturaleza y detener y potencialmente revertir la pérdida de biodiversidad global, necesitamos estrategias innovadoras que generen financiamiento para la naturaleza y al mismo tiempo respalden medios de vida sostenibles para las personas. Los siguientes gráficos muestran algunos ejemplos de países que lo han hecho con éxito.
Financiar actividades de conservación de los océanos y adaptación al cambio climático es una tarea difícil para la mayoría de los países, pero el desafío es particularmente complejo para aquellos que dependen en gran medida de recursos marinos cada vez más vulnerables. Estos gobiernos a menudo enfrentan altas cargas de deuda, lo que limita aún más su capacidad de inversión en tales actividades y, por lo tanto, perpetúa su vulnerabilidad a los desastres naturales y las crisis económicas. El modelo de Bonos Azules para la conservación marina se desarrolló para abordar este desafío.
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La selva amazónica cubre casi la mitad de Brasil, gran parte dentro del estado de Pará. En Pará, la diversidad de la flora contribuye a la economía. Mantener los bosques en pie es más rentable que talarlos. Este es el primer estudio de toda la cadena de valor actual y futura de la biodiversidad dentro de un Estado para demostrar el valor de los productos forestales no madereros, los productos de la sociobiodiversidad y el conocimiento de la población local. Como demuestran estos gráficos, integrar la biodiversidad en las cadenas de valor es mejor para el clima, las personas y la economía.
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