Una vista del río Grande y un cañón en el fondo contra un cielo al atardecer
El río Grande El río Grande atraviesa el Parque Nacional de Big Bend y sirve de frontera internacional entre México y Estados Unidos a lo largo de más de 1000 millas. © Tim Speer/TNC Photo Contest 2019

Perspectivas

Soluciones basadas en la naturaleza para cuencas resilientes

Daniel Shemie, Director de Estrategia, Cuencas Resilientes

Hay pocos hoy en día a los que haya que recordarles que sentiremos los efectos del cambio climático en el agua. Será así porque un número creciente de entre nosotros ya ha tenido la experiencia de vivir una tormenta, inundación o sequía que rompe récords. La gente de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, se hizo especialmente consciente de cómo el clima afecta al agua cuando la lluvia cayó a mínimos históricos en 2017. Conforme bajaban los niveles de las reservas los ciudadanos hacían fila para obtener agua y ahorraban cubetas de sus duchas cortas para utilizar en el escusado. Los agricultores cercanos que comparten una fuente de agua común con la ciudad ciertamente no pudieron ignorar el costo económico de la sequía cuando sus cosechas fallaron. Tampoco pudieron ignorarla las treinta mil personas que trabajan en el sector agrícola que perdieron sus empleos

Los que tenemos esperanzas en una recuperación más verde e incluyente de la pandemia global haríamos bien en prestar atención a la respuesta de Ciudad del Cabo a la crisis hídrica. Junto con inversiones importantes en nuevos pozos y plantas desalinizadoras, la ciudad ha aumentado sus inversiones en la naturalezaEspecíficamente, ha invertido en la restauración de los matorrales de fynbos, conocidos por su grado excepcional de biodiversidad y su consumo relativamente bajo de agua. 

a worker propels down a mountain side to trim trees
QUITANDO A LAS INVASIVAS SEDIE Luzuko Madalambane, un técnico de cuerdas, corta pinos invasivos. © Roshni Lodhia
una vista de cerca de la vegetación blanca y verde con el océano y las montañas al fondo
FYNBOS DE CIUDAD DEL CABO En el pueblo de Ocean View, la vegetación de fynbos prospera a la vista de Ciudad del Cabo. © Roshni Lodhia

Desafiando a los elementos a gran altura, equipos especializados han limpiado 19 mil hectáreas de plantas invasivas y sedientas y han recuperado para la ciudad —propensa a las sequías— más de nueve mil millones de litros de agua en el proceso. Una reciente inversión de 62 millones de rands (4.2 millones de dólares) de la alcaldía de Ciudad del Cabo, igualada por una contribución del sector privado y otros, ayudará a la coalición de la cuenca local a triplicar el área restaurada y, al hacerlo, a recuperar agua como para abastecerse por dos meses. Algo clave es que las áreas restauradas deberán quedar libres de árboles invasivos para mantener esos logros, especialmente conforme la mayoría de los modelos climáticos predicen que habrá menos lluvia en la región de Ciudad del Cabo. 

Muchos países se encuentran ahora en la antesala de inversiones  en infraestructura únicas en una generación. Tradicionalmente, en el sector hídrico esto supone nuevos diques, presas, tuberías, plantas de tratamiento y sistemas de drenaje. Para un número creciente de gobiernos y empresas, sin embargo, la inversión en agua ahora incluye infraestructura basada en la naturaleza, como los bosques o humedales, para hacer que los sistemas construidos sean más resilientes. Acompañar a lo gris con lo verde es un gran paso adelante para la ciencia que desde hace décadas subraya la importancia de la naturaleza para obtener agua limpia y reducir las inundaciones y deslaves

Para las cada vez más personas a las que nos preocupa la adaptación al cambio climático es hora de interesarnos en las cuencas de las que viene nuestra agua y en qué puede hacerse para protegerlas. 

una vista aérea de extensos humedales verdes con lagos azules intercalados
HUMEDALES DEL PANTANAL, EN BRASIL El Pantanal es una región natural que abarca el área de humedales tropicales más grande del mundo. © Gabriel Gabino Moreira/TNC Photo Contest 2019

Soluciones basadas en la naturaleza: el reto —y la oportunidad—

Nuestros humedales —las tierras en torno a los ríos, aguas y arroyos— son algunos de los sistemas naturales más funcionales y menospreciados de la tierra. A pesar de todo lo que hacen para sostener al planeta y nuestras vidas, las cuencas están en problemas. Hoy en día, casi la mitad de todas las fuentes de agua potable están significativamente degradadas. La deforestación, malas prácticas agropecuarias, minería ilegal y desarrollo urbano irregular están alterando rápidamente estos paisajes y, al hacerlo, matando nuestros ríos. Desde 1970 ha habido una caída del 84 por ciento en la población de especies de agua dulce, producto en parte de la constante degradación de las cuencas hídricas, así como del represamiento generalizado y del desvío de los ríos que fluyen libremente. Esta muerte por mil heridas ha llevado al colapso de los ecosistemas de agua dulce, lo que a su vez contribuye a peores sequías e inundaciones. 

Pero conservar nuestras cuencas hídricas no es solamente urgente: también es muy posible. 

A nivel local, como se ha visto en Ciudad del Cabo, todo empieza por valorar las cuencas sanas y luego acordar trabajar juntos para conservarlas a escala material. De Nueva York a Quito y a Beijing hay acuerdos colectivos históricos que hacen justamente eso. Muchos más negocios, gobiernos y compañías de aguas que miran hacia el futuro están preguntando cómo pueden ayudarles las soluciones basadas en la naturaleza a adaptarse a un clima cambiante. 

Sin embargo, están viendo que inclusive ahí donde los beneficios de invertir en la naturaleza son superiores, conseguir el capital financiero y político necesarios para implementar soluciones basadas en la naturaleza en una cuenca puede ser una labor interdisciplinaria muy trabajosa. Efectivamente, a veces se requiere de una crisis inminente para detonar la acción. Afortunadamente, hay socios a los que acudir para encontrar ayuda, incluyendo a The Nature Conservancy (TNC).

Proteger una cuenca a la vez, sin embargo, no llevará muy lejos ni muy rápido. Hoy en día menos del uno por ciento de las inversiones en el sector hídrico están dirigidas a las soluciones basadas en la naturaleza. Se necesita mucho más para estar a la altura de la urgencia y escala del reto y para asegurar que las soluciones basadas en la naturaleza sean centrales en la forma en que logramos la seguridad hídrica en un clima cambiante. 

una mujer se para en primer plano e instruye a un equipo de personas en un entrenamiento
CAPACITACIÓN La asistencia técnica y las capacitaciones introducen el concepto de soluciones basadas en la naturaleza y capacitan a socios en cómo diseñar y operar sus propios proyectos © Enigma Images

Para resolver el reto del agua y el clima hay que soñar más alto

Para adaptarse al cambio climático los usuarios del agua y los operadores necesitan reexaminar urgentemente su relación con los recursos hídricos e invertir en soluciones basadas en la naturaleza. Esto implica proyectos demostrativos, pero también acciones más inmediatas para resolver fallas de mercado tanto en la demanda como en la oferta. TNC trabaja con aliados para apurar este cambio de paradigma con un enfoque multifacético. 

1. Demostrar sobre el terreno que las soluciones basadas en la naturaleza funcionan

TNC participa en cerca de cincuenta proyectos de inversión en cuencas que emplean soluciones basadas en la naturaleza para lidiar con una amplia gama de retos, incluyendo vivir con incendios, mitigar inundaciones, aumentar la calidad del agua y su disponibilidad en tiempos de secas y mejorar el acceso a mercados para agricultores y rancheros. 

Un excelente ejemplo puede encontrarse desde ya en el oeste de Estados Unidos, donde la falta de agua, incluyendo recientes caídas en las lluvias y nevadas, ha empeorado un problema añejo de agua e incendios. Los incendios en la cuenca no solamente arrasan los icónicos bosques de coníferas de la región, sino que bloquean con ceniza y sedimento los flujos de agua que aportan agua potable a la mitad de la población de Nuevo México. 

El Fondo de Agua del Río Grande de Nuevo México tiene unos 95 socios firmantes y desde 2014 ha trabajado en forma colaborativa para realizar quemas controladas en más de 140 mil hectáreas para aminorar el sotobosque que de otra forma alimenta las llamas. La cereza del pastel es que las inversiones en estas soluciones basadas en la naturaleza no solamente conservan el hábitat y el abasto de agua, sino que han apoyado a pequeños negocios y economías rurales al son de 120 millones en impactos económicos

Cada uno por su parte, estos proyectos centrados en el lugar aportan un montón de resultados climáticos, de biodiversidad y de medios de vida. En conjunto han servido como un laboratorio de aprendizajes y han generado mucha evidencia y muchas lecciones. 

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En la actualidad, menos del 1% de las inversiones en el sector del agua se destinan a soluciones basadas en la naturaleza.

2. Equipar a los socios con capacitación, herramientas y apoyo técnico para triunfar

Conforme crece la demanda por soluciones basadas en la naturaleza nos hemos concentrado más en equipar a nuestros socios. Desde hace cinco años esto ha implicado una mezcla de capacitación y asistencia técnica que introduce el concepto de soluciones basadas en la naturaleza y, subsecuentemente, capacita a los socios sobre cómo diseñar y operar sus propios programas de inversión en cuencas. Hemos capacitado a más de 500 personas solamente en el último año, incluyendo capacitaciones a medida para socios corporativos cuyas cadenas de valor llegan a cada esquina del planeta. Por las capacitaciones a medida de empleados de AB InBev, por ejemplo, nuestros socios pueden cumplir la promesa de sus metas de sostenibilidad y asegurar que esos esfuerzos tengan resultados tangibles y duraderos. 

Más allá de la capacitación estamos desplegando nuevas herramientas en programas de campo que prometen tener una mayor adopción. Este noviembre lanzaremos WaterProof, que podrá calcular una tasa de retorno de inversión para portafolios de soluciones basadas en la naturaleza y reducir drásticamente el costo y el tiempo necesarios para tomar decisiones sobre si ir o no adelante en una inversión en naturaleza. 

Una vez que un proyecto ha mostrado ser una inversión fuerte trabajamos con aliados para desarrollar un Sistema de Apoyo a las Decisiones para tener transparencia sobre quién está haciendo qué y dónde. Es normal que muchas organizaciones trabajen en la misma cuenca y el sistema ayuda a los distintos actores a asegurarse de que complementan el trabajo de los demás y de que están implementando los proyectos con mayor impacto. 

una amplia vista de un bosque y una cascada desde un acantilado
CASCADA BRASILEÑA Chapada dos Guimarães, en el Brasil central, es una importante región hidromórfica y sus rocas son responsables de absorber agua de las nubes y redistribuirla. © Carlos Goulart
una amplia vista de río de janeiro
RIO DE JANEIRO, BRASIL Brasil está en la cresta del liderazgo para actualizar la regulación y permitir a los proveedores de agua que inviertan en soluciones basadas en la naturaleza. © iStock/EduLeite

3. Aumentar las inversiones en soluciones basadas en la naturaleza y remover barreras para su adopción

A pesar del creciente interés en las soluciones basadas en la naturaleza, las empresas y los proveedores de agua a menudo descubren que no tienen que limitarse a invertir en las cuencas que operan. Esto es especialmente importante para los organismos operadores de agua que tienen el mandato de ofrecer agua a clientes en la forma más efectiva en costos. Si la regulación solamente permite construir infraestructura tradicional, las opciones del organismo para las inversiones potenciales son limitadas

Brasil está en la cresta de la ola del liderazgo para actualizar la regulación que permita a los proveedores invertir en soluciones basadas en la naturaleza. Por ejemplo, un reciente análisis de retornos de inversión del Programa Productor de Agua de Camboriú, Santa Catarina, ayudó a impulsar a la entidad regulatoria del estado para que permitiera las inversiones en cuenca en las tarifas de agua. Esta decisión impacta a las ciudades de todo el estado, y las entidades regulatorias en el estado de Minas Gerais y en el Distrito Federal también han avanzado para replicar esta estructura. Asegurar financiamiento sostenible, como las tarifas, para la conservación también puede ayudar a movilizar el financiamiento en crédito necesario para cubrir los altos costos iniciales de los esfuerzos de restauración a gran escala. Es por eso que también trabajamos con bancos de inversión —incluyendo al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Agence Française de Development (AFD)— para ayudar a canalizar programas de soluciones basadas en la naturaleza listos para las inversiones. 

Si bien los cambios regulatorios pueden impactar a cientos de cuencas, los compromisos asumidos por las corporaciones multinacionales de invertir en soluciones basadas en la naturaleza en sus cadenas de valor pueden impactar a miles. Afortunadamente, más y más empresas se interesan en las inversiones en la naturaleza como una forma efectiva en costos de alcanzar sus objetivos de agua operativos y sostenibles y ven las soluciones basadas en la naturaleza como un medio para lograr otros importantes cobeneficios, como la adaptación y mitigación climáticas. De hecho, muchas empresas impulsan la ciencia sobre los beneficios de las soluciones basadas en la naturaleza y son a menudo los primeros inversionistas en los programas de acción colectiva. De hecho, tanto Coca-Cola como Pepsi fueron de los primeros inversionistas en los programas de inversiones de cuenca de São Paulo y de Ciudad del cabo, a pesar de ser acérrimos rivales en el mercado. Más de cien empresas han invertido más de sesenta millones en programas de Cuencas Resilientes de TNC hasta la fecha, pero las corporaciones por lo general no pueden aportar la cantidad de capital necesario para anclar un programa de inversión de cuenca. Hace falta más de los grandes actores, como los organismos de provisión de servicios, para sostener estos programas a largo plazo. 

 

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Para adaptarse a un clima cambiante, los usuarios y operadores del agua necesitan reexaminar urgentemente su relación con los recursos hídricos e invertir en soluciones basadas en la naturaleza.

Nos quedamos sin tiempo para proteger nuestros ríos y cuencas, pero hay muchas razones para la esperanza. Países de todo el mundo están al borde del precipicio para aprobar inversiones en infraestructura que ocurren una vez cada generación y que podrían cambiar para siempre la forma en que la infraestructura natural —como los bosques, las praderas y los humedales— son valuados y valorados por la sociedad. También las empresas privadas aumentan sus inversiones en la naturaleza para enfrentar sus necesidades en seguridad hídrica. Ambas se preparan este otoño para muchas de las negociaciones climáticas y de biodiversidad más cruciales de la década. Afortunadamente, sabemos qué hacer. Debemos proteger, restaurar e invertir en nuestras cuencas y comunidades de río arriba: necesitamos la naturaleza ya.