Proporcionar agua y alimentos de forma sostenible
Crecimiento ecológico
TNC trabaja con agricultores, rancheros y pescadores que desean conservar los recursos naturales y reducir su impacto en el ambiente.
Por Graham Averill, Escritor Independiente | Primavera 2018
René Gaspar, Agricultor de Café, Guatemala
Planta árboles para proteger su café
René Gaspar siembra varios cultivos para alimentar a su familia, pero el café es su medio de subsistencia. El hombre de 46 años ha estado cultivando en La Igualdad, una comunidad de agricultores de café en las tierras altas de Guatemala, desde que era un niño, heredando la parcela familiar y expandiéndola a 3.2 acres. Es una finca grande para la región, con hileras de arbustos de café a lo largo de pendientes inclinadas. Pero los cultivos de Gaspar fueron fuertemente golpeados en 2012, cuando los patrones de lluvia cambiaron trayendo un hongo de la roya que mató al 75 por ciento de su cultivo de café. La cooperativa de 60 miembros a la que pertenece Gaspar perdió la mitad de su cosecha ese año, así como su certificación orgánica.
"Otros hongos han golpeado, pero ninguno a esta magnitud", dice Gaspar. "Literalmente acabó con el café de toda la región".
Después de la roya, muchos agricultores migraron al norte de México, pero Gaspar consiguió trabajo para sobrevivir. Él también colaboró con el equipo de The Nature Conservancy para proteger su finca ante el hongo de la roya, reemplazando las plantas muertas por una variedad resistente al hongo, y plantando árboles de guama para proveer sombra. La sombra nivela la temperatura y la humedad de la finca, así la roya no puede adherirse, y los árboles estabilizan las pendientes pronunciadas para prevenir la escorrentía del sueloa los ríos.
Cinco años después de que las plantas murieron, la finca de Gaspar y la cooperativa están sanas, además la cooperativa está a punto de recuperar su certificación orgánica. El otoño anterior produjo una gran cosecha sin señales de la roya. "Todos mis hijos ayudan durante la cosecha, llenando cestas de mimbre con granos de café color rojo-cereza", dice Gaspar. "Es trabajo duro, pero es una ocasión alegre—viendo su arduo trabajo dar frutos".
Gary Reeder, Agricultor de Tomate, Florida
Cultiva tomates con menos agua y fertilizante
Si vives en el Noreste y comes un tomate maduro en el invierno, es muy probable que Gary Reeder lo cultive. La finca de Reeder, West Coast Tomato, en el Condado de Manatee, Florida, cultiva aproximadamente 50,000 libras de tomates por acre. "Cuando era niño no quería nada que ver con cultivar tomates", dice Reed, quien dejó de asistir a la universidad para ayudar a su padre a atender la finca de la familia. "Pero ahora amo esto. Es una pasión. Yo quiero cultivar la mejor cosecha que pueda".
Reeder se ha asociado con las extensiones agrícolas estatales y con The Nature Conservancy, quienes están desarrollando prácticas agrícolas que limitan la llegada de fertilizantes a las vías de agua. Reeder es experto en microgestionar el régimen de fertilizantes de su finca, mientras reduce y aísla el insecticida rociado solo a las plantas que lo necesitan. Él construye una capa freática debajo de las camas de plantas que le permite ajustar los niveles de humedad cuando es necesario, lo que luego activa el fertilizante que se coloca encima de las camas. La práctica reduce la cantidad de agua y fertilizante que se necesitan para cultivar un tomate.
Los beneficios son tangibles. La finca de Reeder está en el nacimiento del Río Manatee, rodeado por una reserva de cuencas hidrográficas de 24,000 acres. El agua de lluvia corre cristalina desde su finca hacia el agua potable del condado. "La gente asume que las fincas causan muchos problemas ambientales, pero aquí estamos haciendo las cosas de la manera correcta", dice Reeder. "Lo que ocurre en esta finca se refleja en la tierra que la rodea".
Lee Kinnard, Ganadero, Wisconsin
Hace que sus campos y los arroyos locales sean más saludables
Lee Kinnard está cultivando la misma tierra que su padre cultivó. Y el padre de su padre. Kinnard es el último de una larga linea de ganaderos, que se remonta a los inmigrantes belgas que se establecieron cerca del Lago Michigan.
"Hay un legado aquí”, dice Kinnard. "Estamos conectados a la tierra, a la comunidad... Sería tonto pensar que, como agricultores, no tenemos un impacto en el ambiente que rodea nuestra tierra".
Las prácticas tradicionales de la ganadería han tenido un impacto negativo en la calidad del agua—tierra y fertilizante corre a los arroyos después de lluvias intensas y se filtra a las aguas subterráneas. Por eso, Kinnard toma un enfoque progresivo para gestionar la finca de 11,429 acres que alimenta a su ganado. Él introdujo cultivos de cobertura de invierno, como el triticale y la cebada, para mantener el suelo en su lugar. Y está usando la agricultura sin labranza, que evita la labranza mecánica por un método de "perforación directa" que inserta las semillas en el suelo, dejando intacta la capa superior de la tierra para reducir la erosión. Es un gran esfuerzo para revertir el impacto negativo de la granja en las fuentes de agua locales e incrementar la materia orgánica del suelo, descomponiendo el tejido vegetal que ayuda al suelo a producir cultivos más saludables y a retener agua.
The Nature Conservancy comparte las prácticas y la investigación de Kinnard en su granja con la Dairy Business Asociation y los agricultores que gestionan 160,000 acres en Wisconsin. "Ya hemos visto una diferencia en nuestra tierra", dice Kinnard. "Los pequeños riachuelos que solían correr rojos por la arcilla después de una fuerte lluvia ahora están cristalinos... Incluso estamos regenerando la materia orgánica [en nuestro suelo]. Ahora estamos buscando una agricultura regenerativa, no solo sustentable".
Arnaud Weyrich, Vinicultor, California
Ahorra agua para el salmón salvaje
“Siempre quise trabajar con comida”, dice Arnaud Weyrich, vicepresidente y enólogo de Roederer Estate, una bodega y viñedo en Anderson Valley al Norte de California. "Y, siendo francés, siempre había una botella de vino en la mesa. Tal vez fue inevitable".
El viñedo cultiva uvas pinot noir y chardonnay, y se especializa en vino espumoso, pero últimamente Weyrich ha estado pensando en peces. Esto se debe a que Roederer y la mayoría de los viñedos en Anderson Valley extraen agua del Río Navarro y de sus afluentes. El río provee el hábitat para el salmón coho, en peligro de extinción, que nada río arriba a desovar, y para el salmón joven que pasa su primer año en los afluentes antes de dirigirse al mar. Extraer mucha agua durante la temporada seca hace que los arroyos se vuelvan intransitables y que las poblaciones de salmón colapsen.
Weyrich se asoció con The Nature Conservancy, la cual está tratando de encontrar la forma en la que el pez y las uvas puedan coexistir. La alianza se centra en una estrategia: almacenar agua durante la temporada de lluvia para reducir la tensión cuando está seco. Roederer Estate ha instalado estanques para almacenamiento de agua y un sistema expansivo para recapturar y reutilizar la escorrentía de riego. “Sabemos que podemos mitigar la temporada seca de California almacenando agua", dice Weyrich. “No se puede controlar la lluvia".
Ahora, TNC está trabajando con agencias estatales para crear nuevos derechos de agua en invierno, los cuales permitirían a las bodegas extraer—y retener—el agua de los arroyos cuando estén llenos por las intensas lluvias estacionales. Eso dejará agua en los ríos para cuando el salmón más lo necesite.
Tom Perry, Productor de Ostras, Virginia
Demuestra cómo las ostras limpian nuestras bahías
Tom Perry pasó dos meses kayakeando en la Bahía de Chesapeake, buscando el lugar ideal para cultivar ostras. Lo que encontró fue White Stone, una pequeña comunidad de Virginia entre los ríos Rappahannock y Potomac.
White Stone está ubicado en un lugar único donde la salinidad del agua fluctúa durante las mareas. Perry, quien renta 500 acres de la bahía al estado, cultiva ostras en jaulas de metal que flotan justo debajo de la superficie del agua. "Hay una ruptura notable en la salinidad, por lo que [en el sabor] las ostras adquieren un nivel intermedio de sal que es notable, pero no abrumador".
Perry y White Stone Oyster Company son parte de una economía de acuicultura que está en auge en la Bahía de Chesapeake. Las orillas y el fondo del río en White Stone solían estar cubiertos con ostras salvajes. Pero sus poblaciones menguaron a solo el 1 por ciento de su población histórica durante el siglo XX debido a la sobrexplotación, enfermedades y contaminación. En el proceso, la bahía perdió los beneficios de filtración de las ostras, que succionan el agua y eliminan nitrógeno, fósforo y sedimento. Cada ostra filtra más de 50 galones de agua por día.
Si bien The Nature Conservancy ha ayudado a restaurar cientos de acres del santuario de arrecifes en la bahía, la organización también ve a los productores comerciales, como Perry, como socios para ayudar a las ostras a resurgir. The Conservancy está colaborando con científicos y productores para medir la calidad del agua cerca del cultivo de ostras (mirar un vídeo sobre esa investigación en nature.org/aquaculture). Ellos esperan cuantificar la mejora observada por los productores, documentando el aumento de peces y pastos marinos cerca de las jaulas.